
Alejandro Dolina publicó sus primeras notas en el año 1974 en la revista Mengano, luego a partir de 1978 colaboró con la revista Humor, también compuso numerosas canciones y e integro distintos grupos musicales como director y arreglador. En el año 1988 publicó su primer libro, “Crónicas del Ángel Gris” después esta edición fue corregida , aumentada y apareció en 1996, además es autor de las comedias musicales “El barrio del Ángel Gris”, que obtuvo el premio Argentores en 1990; y “Teatro de Medianoche”, que protagonizó él mismo como actor y cantante. En 1998 publicó la opereta: “Lo que me costó el amor de Laura”, que fue llevada al teatro en el año 2000 y obtuvo el premio Argentores en 2001, luego en 1999 editó “El libro del fantasma”, más tarde en el 2002, realizo una recopilación de historias musicales escritas para la radio bajo el título de “Radiocine”. Actualmente es conductor de uno de los programas de radio más populares de Buenos Aires, "La venganza será terrible", donde habla, y toca música con el público presente. Son por estas, y otras razones que hoy nos quedan las palabras de este destacado personaje de la cultura porteña.
¿Cuál es la cantera qué tiene para extraer las ideas para cada uno de sus programas radiales?
Diría que es un yacimiento universal, son todos lo libros que hay, particularmente los de historia, y mitos, también sobre alguna forma de antropología; esos son los principales rubros de la biblioteca que son saqueados cada noche, amen de los saqueos de saqueos que hacemos. Esta visita a la biblioteca se verifica todas las noches desde hace quince o veinte años, entonces se fue acumulando un “corpus" de charlas radiales que en sí mismas a veces pueden ser catalogadas, achicadas, extendidas o examinadas de distinto modo. Así que se ha llegado a un punto, en que lo que hemos producido, también sirve si se quiere como disparador, o como inspiración, pero no tenemos límites a la hora de robar programas, en realidad es un robo totalmente permitido. No es que pretendamos autenticidad u originalidad en ese tramo del programa, es un tramo de divulgación más que de creación.
¿Cómo definiría al programa radial “la venganza será terrible”?
Diría que no es un programa radial, sino un pequeño ejercicio entre teatral, humorístico, o simplemente de charlistas que se trasmite por radio. En algunas ocasiones tiene cierta clase de contenido musical, como sucede en las presentaciones en teatros, o en algún foro un poco más exigente, en esos lugares esta un poco más preparado, y tiene visitas de artistas; pero en realidad es un pequeño espectáculo que no tiene mucho que ver con la radio, aunque esta se encarga de transmitir, y de llevárselo a la gente que no está presente. La esencia de “La venganza será terrible” está en lo que sucede con las personas que están presentes, la transmisión por radio es secundaria.
¿Cómo nació la idea de realizar los programas de radio con el público presente?
En realidad no surgió de una idea, sino que fue algo que comenzó a suceder de forma espontánea, ocurrió que el público empezó a presentarse en los estudios de radio “El Mundo”, muy poco después de haber comenzado nosotros a hacer el programa, y a pedir permiso para asistir; espontáneamente se presentaron algunos, y otros que escuchaban en su casa oyeron indicios que había gente allí. Pequeñas exclamaciones, risas, estornudos que no estaban justificadas por el número exiguo de los integrantes del programa, y entonces ellos mismos al notar que había gente extraña al programa quisieron participar, y luego la radio tuvo que habilitar un estudio más grande, y finalmente nunca mas volvimos a hacer el programa en un estudio de radio.
¿Qué es lo que lee habitualmente?
Estoy leyendo menos ficción que antes, ahora leo mucho estructuralismo, semiología, epistemología, estoy estudiando tardíamente unas disciplinas que cuando lo estudie no se analizaban suficientemente. El caso es que sin decisión previa y sin darme cuenta cuando veo los libros que se amontonan como leídos, advierto que hay una gran mayoría de textos sobre esos asuntos, y casi ninguna novela en los últimos años.
¿En que cosas piensa la mayor parte del tiempo?
Pensar no es lo que creen algunos que le vengan a la mente desordenadamente imágenes de locomotoras de ciclistas y de nubes. Pensar es urdir un plan, es planear, y las cosas que planeo tienen que ver casi siempre con las mismas obsesiones que se advierten en el programa, aún cuando no sean expresadas con total claridad, siempre pienso en cuestiones relacionadas con el arte y el amor. Con el arte y el conocimiento desde un punto de vista especulativo, y con el amor desde un punto de vista más personal y relacionado con las vivencias propias. Eso es pensar, después uno divaga y es estimulado exteriormente por una infinidad de cosas.
¿Las cosas en las que se detiene a planear las realiza de forma metódica?
Pensar requiere de un cierto método, no es que tenga un horario pero creo que algunas cosas son pensar y otras no son pensar, saber diferenciar claramente lo que es pensamiento, y lo que es una mera acumulación de sensaciones, es una diferencia. Hay gente que actúa y toma decisiones graves que no están relacionadas con el pensamiento sino con emociones que se suscitan, y que fácilmente son elevadas a la condición de pensamiento. No me hago ilusiones con las cosas que me suceden, en realidad no son verdaderos pensamiento.
¿En la actualidad las leyes del mercado pueden condicionar la actividad de un artista?
Pienso que sí, creo que el mercado influye fuertemente sobre todos nosotros, aún sobre aquellos que tratamos de eludir sus consecuencias, o incluso a aquellos que advertimos el peligro. Vaya uno a saber de que manera, la presión mediática no modifica nuestras ideas, o hábitos de creación y de consumo artístico, por mas que tratemos de evitarla. A mí me parece que las leyes del mercado, y la influencia mediática que es una península de esas leyes, hacen desaparecer muchas de nuestras características personales, y las reemplazan por una forma de conducta que casi nos son exteriores. No se hasta que punto verdaderamente decidimos nuestra conducta, y si en realidad no estamos acorralados por el mercado y por las fuerzas que nos sujetan a un determinismo que no decidimos jamás. Es decir que no es tan sencillo ser capitán del propio barco sometido como en el que está uno a una cantidad tan grande de fuerzas que influyen, acorralan, amenazan, meten miedo, producen a partir de esta energía producen convencimiento. Es muy difícil saber si uno esta enamorado del rock and Roll, o se trata de un movimiento reflejo por cosas que uno escucho decir todo el día, no lo sé. No es tan sencillo saberlo, ni uno puede estar poniendo en tela de juicio cada una de sus acciones, conviene sí, ponerlas en tela de juicio pero no siempre lo hacemos: si vamos a un restaurante no empezamos a meditar acerca de la cosificación del hombre, sino que pedimos algo, y por ahí mismo esta conducta nos exija de verdadera preferencia, elecciones, ni siquiera tradiciones, sino que esta fuertemente marcada por las influencia que acabo de marcar.
Fuente: Liberarte
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